miércoles, 17 de junio de 2015

EL MIMO


Caminando por el pequeño pueblo donde vivo, justo en el centro donde están todas las tiendas y numerosas terrazas, estaba aquella figura delgada e inmóvil. Me acerqué atraída por el color de su vestimenta que siendo toda de blanco le daba un aspecto atractivo y pulcro. Su inmovilidad perfecta y su lenguaje corporal fue lo que llamó mi atención y la de los niños que estando por allí se acercaban a mirarla. No aguanté la tentación y le tomé algunas fotos. Repentinamente nos sorprendió gratamente a los niños y a mí con un movimiento elegante y dirigido hacia los que allí le observábamos. Me percaté de que aquel mimo era una chica, e inmediatamente sentí admiración por lo que expresaba con su arte y por su manera de ganarse la vida. Para los niños lo que representaba aquella chica, era una fantasía maravillosa y mágica que se reflejaba en las sonrisas y gestos que expresaban en sus pequeñas caras al observarla. Numerosas personas al pasar por allí seguían su tránsito sin detenerse, apenas lanzando una mirada o esbozando una sonrisa en sus rostros. Al enfocarla con mi móvil, me lo agradeció con su mirada. Pero más le agradecí yo lo que hacía con su arte, ella sola con su vestimenta blanca, con su exquisita técnica de mimo, con la disposición de todo su ser al completo, regalaba magia y fantasía, regalaba eso que hace exaltar la imaginación y la sensibilidad humana aunque sea por un segundo, pero que llena tanto. Por un instante imaginé, -y si todos fuéramos mimos y también al igual que ella fuéramos por allí por la vida, regalando fantasías, embelleciendo momentos, creando instantes mágicos-. Y precisamente eso fue lo que sucedió aquel cotidiano día, aquella encantadora mima nos regaló a los niños y a mí, un instante mágico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por volar en el cielo de mis palabras!!!