miércoles, 29 de abril de 2015

DANZANDO CON EL VIENTO

Una brisa inesperada  me empujó hasta aquel mágico y encantador lugar donde es posible danzar con el viento.

Aunque al principio, el viento mayor era raro, esa primera brisa que me llevó hasta allí fue amable y tranquila, empujándome con suavidad y certeza. Tuve que hacerme un lugar en aquel sitio para darle forma a mis movimientos, e ir llenándolo poco a poco de mi propia calidez.

El tiempo pasa y no nos damos cuenta cuando danzamos con el viento, por lo tanto en aquel paisaje que me rodeaba, los vientos fueron muchos y muy variados. Los vaivenes a los que me vi sometida moldearon un poquito mi lugar allí, pero entre medias de todos esos vientos, repentinamente, un viento mágico lo envolvió todo, y jugueteaba a mi alrededor haciéndome sentir que tenía alas y que podía volar.

Desde entonces, ya no me fue posible dejar de danzar y comprendí que la vida es una danza.

Continué dando forma a mi danza y descubrí que se había convertido en un camino hacia mi misma, y aprendí con cada movimiento a sortear brumas impregnadas de melancolía, a dejar que me arropara el aire silencioso y a empujar vientos de esperanza.

Hoy continúo mi camino de la danza,  y sean cual sean los vientos que soplen, un aire de nostalgia siempre me envuelve, al recordar aquel mágico y encantador lugar donde es posible danzar con el viento.

María de la Luz​

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Gracias por volar en el cielo de mis palabras!!!